Hacienda también juega a la Lotería de Navidad 2015, pero con una ventaja: sea cual sea el número premiado, gana. El año pasado cambió la legislación y puso todo patas arriba.
Los premios de más de 2.500 euros, como ya se sabe, tributan a un 20% a partir del año siguiente. Es decir, que el impuesto se resuelve restándole al premio final los 2.500 primeros euros y es al resultado de la resta a lo que Hacienda impondrá ese 20%.
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Sin embargo, después de esa mordida, el premio no tributa si no se gana con él. Ni el ingreso ni la retención influyen en la declaración final si no recibes intereses al dejarlo en un banco o haces una inversión que te reporte algo más. No influye tampoco para el cómputo de becas y ayudas sociales.
¿Y si el premio es menor?
La llamada pedrea del sorteo de Navidad no tiene ningún impuesto especial. Si el premio no pasa la barrera de los 2.500 euros, Hacienda no tiene nada que imponer.
Si el premio es compartido, Hacienda tiene en cuenta a cada propietario por separado. Y si una sola persona gana dos premios y ninguno de los dos es superior a los 2.500 euros (aún sumando entre los dos una cantidad mayor) no habrá tampoco cobro por parte del fisco.
¿Cúando y cómo lo cobra?
Lo mejor de todo es que el premiado sólo se entera con el premio ya en banco. Es Loterías y Apuestas del Estado los que se encargan de darle la parte correspondiente del premio a Hacienda. Por lo que el ganador recibirá el premio neto, si tener que hacer ninguna gestión para satisfacer sus deberes con el fisco.
Y por cierto, Hacienda, también se queda (íntegramente) con los premios no repartidos, así que si una vez se sepan los números premiados del sorteo de Navidad, tienes tres meses para cobrarlo.